miércoles, 8 de abril de 2015

Walter Scott

Fragmento de Ivanhoe

Ivanhoe fue la novela más importante de Walter Scott. Aquí un fragmento del capítulo 7
Con todo, en tal concurso de aflicciones, pobres y ricos, nobles y villanos, se apasionaban por un torneo, la gran fiesta guerrera de la época, con tanto ardor como el que por una corrida de toros demostraría un pobre petate madrileño, sin un real con que alimentar a su familia. Negocios, deberes, enfermedades, nada impedía a los jóvenes ni a los viejos asistir a aquel espectáculo. De igual suerte la partida de armas, así la llamaban, próxima a verificarse en Ashby, en el condado de Leicester, atrajo la atención general, y desde por la mañana un inmenso gentío de todas condiciones se dirigió apresuradamente al punto designado... El ingreso en la arena terminaba en la puerta del norte con un segundo pasadizo de treinta pies de anchura, y éste daba acceso a un vasto espacio cercado, reservado a los acometedores. Tenía detrás varias tiendas, las unas conteniendo todo género de bebidas y refrescos, destinadas las otras a los armeros, albéitares, herradores y otros artesanos, cuyos servicios podían hacerse necesarios. En torno de la liza habíanse levantado galerías provisionales, adornadas de tapices con pinturas y cubiertas sus gradas con alfombras y almohadones, para mayor comodidad de las damas y caballeros que debían presenciar el torneo. Entre estas galerías y la liza había un reducido espacio destinado a los francoterratenientes (yeomanry) y a los espectadores de jerarquía algo superior a la de la plebe, y podía compararse con el patio de nuestros teatros... A fin de completar la descripción general, resta ya sólo hablar de un palco, colocado en el centro, hacia Oriente, y enfrente mismo del lugar donde había de empeñarse el combate; más elevado que las galerías, y más espléndidamente decorado, veíase en él una especie de trono bajo un dosel, con las armas reales de Inglaterra. Escuderos, pajes y arqueros, vistiendo brillantes libreas, guardaban aquel puesto de honor, reservado al Príncipe Juan y su cortejo

Sir Walter Scott

(Edimburgo, 1771 - Abbotsford, Reino Unido, 1832) Novelista, poeta y editor británico. La novela histórica romántica tiene en Walter Scott, si no a su inventor, a su primer y más influyente representante. Hijo de un abogado, desde su infancia se sintió fascinado por las leyendas y los episodios históricos, preferentemente medievales, de su tierra natal escocesa, que posteriormente constituirían el tema principal de muchos de sus poemas y novelas.

Licenciado en derecho, sus primeros pasos en la literatura los dio como traductor, vertiendo al inglés obras como Lenore, de Gottfried A. Bürger, y Götz de Berlichingen, de Goethe. La publicación, entre 1802 y 1803, de la recopilación de baladas Trovas de la frontera escocesa dio a conocer su nombre al gran público, que también acogió con entusiasmo una serie de largos poemas narrativos entre los que destacan El canto del último trovador y La dama del lago.
De 1814 data su primera novela, Waverley, publicada anónimamente como la mayoría de las que le siguieron, en consideración a los cargos públicos de su autor (sheriff de Selkirk desde 1799 y secretario de los tribunales de justicia de Edimburgo desde 1806) y la dudosa reputación del género. Con ella y con las posteriores (El anticuarioRob RoyIvanhoeEl pirata,Quentin DurwardEl talismán) estableció los cánones de la novela histórica, tal como ésta iba a desarrollarse hasta bien entrado el siglo XX. La más famosa de las citada es Ivanhoe (1820), que desarrolla las contradicciones entre los sajones y los normandos en un argumento de aventuras.

FUENTE:http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/scott_walter.htm

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